A UNA HOJA
Era de falso plátano, resuelto
ya el flavo terso en apagado ocre.
Huérfana ya de rama,
en el aire sereno bailaba suspendida,
yo no sé si jugando con el viento
o prisionera de él. Abarquillada,
parecía porfiar por no caer,
como mano crispada que aferrábase
a su vida del aire. (Tantas ya daban tumbos
por la otra, la del suelo, la peregrina errante...)
A mí solo me hablaba. Nadie más
allí había. Hasta el tiempo se diría
que se había olvidado de nosotros.
A aldabonazo hondo sonó el golpe.
Ya rodaba a su invierno y no supe decirle
que comprendía su angustia, que también
busco yo alguien que me diga cuando caiga
que vuelto humus o alma tendré casa en la tierra
y volveré a ser sueño y primavera.
Sergio FERNÁNDEZ SALVADOR
Lo breve eterno, La Isla de Siltolá, 2013