En el sentido mas abstracto, la sociedad civil puede considerarse
como un agregado de instituciones, cuyos miembros participan en un conjunto de
actividades no estatales ─producción económica y
cultural, vida doméstica y asociaciones de ayuda mutua─, y que aquí preservan y transforman su identidad ejerciendo toda
clase de presiones 0 controles sobre las instituciones del Estado (…).
De esta manera
sociedad civil y Estado deben convertirse en condición de una democratización
recíproca. La sociedad debe convertirse en una espina clavada permanentemente
en el flanco del poder político. Sin una sociedad civil segura e indepediente
de las esferas públicas, los objetivos de igualdad, libertad, planificación
participativa y adopción conjunta de decisiones, no serán mas que eslóganes
vacíos. Pero sin la función protectora, redistributiva y mediadora del Estado,
las luchas por transformar la sociedad civil caerán en la dinámica del gueto,
en la división y en el estancamiento, o
generarán sus propias y nuevas formas de desigualdad y falta de
libertad.
J. KEANE, Democracia y sociedad civil