jueves, 18 de octubre de 2012

LA SENDA MUTILADA



“Se ha comentado en otros epígrafes que a lo largo de la historia los quehaceres masculinos siempre se han priorizado frente a los femeninos. El discurso androcéntrico, reiteramos, se ha mantenido presente en todo momento a la hora de interpretar nuestro pasado. Desde el punto de vista evolutivo, esto ha sido así porque los estudiosos del tema parten, entre otras, de la premisa según la cual las sociedades humanas de todos los tiempos han valorado la carne como producto alimenticio por encima de cualquier otro componente de la dieta. Pero sucede que hay expertas (de hecho, cada vez más numerosas y apoyadas por colegas varones) que no están de acuerdo con esta valoración tradicional. Por ejemplo, la respetada y ampliamente citada antropóloga Margaret Ehrenberg (1989) sería una de las pioneras en sostener que entre los primeros homínidos el recolectar productos de origen vegetal o conseguir carne eran actividades que tenían igual valor para el grupo, y por tanto quienes más recolectaban disfrutaban del mismo estatus que quienes aportaban alimentos de origen animal. Las tareas serían entonces complementarias o diferentes, pero igualmente necesarias y valoradas. (…)
        La comunidad académica, sin embargo, al equiparar diferentes tareas con jerarquías de desigualdad, ha impulsado y fortalecido esta tendencia generalizada que presupone la universalidad del dominio masculino, provocando importantes distorsiones al interpretar los orígenes de las sociedades humanas. El sesgo androcéntrico es el que ha desenfocado tantas investigaciones que han llevado a exclusivizar el poder masculino, incluso donde no hay evidencias científicas que lo justifiquen. De hecho, los últimos avances realizados en el ámbito de la paleoantropología parecen confirmar que la jerarquización de roles basada en la dominación masculina no es ni mucho menos tan universal como se ha creído. Siendo esto así, tampoco lo sería la pretendida subordinación femenina. Resumiendo, es probable que las mujeres también hayan sido creadoras de cultura, hayan sido autónomas y hayan ostentado poder”.


Carmen MARTÍNEZ PULIDO, La senda mutilada,
Biblioteca Nueva, 2012 (pags. 153-154)