Existen en la humanidad dos
clases de herencia: la biológica y la cultural, que pueden ser también
llamadas herencia orgánica y herencia superorgánica... La herencia biológica
es, en el hombre, semejante a la de los demás organismos dotados de reproducción
sexual y esta basada en la transmisión, de padres a hijos y por medio de las
células sexuales, de la información genética codificada en el ADN. La herencia
cultural, por el contrario, es exclusivamente humana y reside en la transmisión
de información mediante un proceso de enseñanza y aprendizaje, que es, en
principio, independiente de la herencia biológica. La cultura no sólo se
transmite por la instrucción y la enseñanza, sino también por el ejemplo y la
imitación, por medio de los libros, los periódicos y la radio, la televisión y
el cine, a través de los objetos de arte y por cualesquiera otros medios de comunicación.
La
herencia cultural hace posible para el hombre lo que ningún otro animal puede
llevar a cabo, esto es, la transmisión acumulativa de sus experiencias, de
generación en generación. Los animales son capaces de aprender por
experiencia, pero no de transmitir sus experiencias o “descubrimientos” a las
generaciones futuras. Los animales tienen memoria individual, pero no “memoria”
social; por el contrario, los seres humanos han heredado una cultura,
precisamente debido a su capacidad de transmitir sus experiencias acumulativamente,
de una a otra generación. (…)
La
herencia cultural hace posible la evolución cultural; esto es, la evolución del
conocimiento, la ética, las estructuras sociales y todos los demás elementos
que constituyen la cultura, haciendo posible un nuevo modo de adaptación
exclusivo de los seres humanos: la adaptación por medio de la cultura. (…)
Sin
embargo, la evolución biológica y la evolución cultural están relacionadas
mutuamente, como las dos vertientes de una cordillera, que pueden ser muy
diferentes en topografía, e incluso en flora y fauna, pero que conducen a las
mismas cimas y que no pueden existir la una sin la otra. La cultura sól0 puede
aparecer si existe una base biológica adecuada y depende enteramente de la
naturaleza y propiedades de tal base. AI mismo tiempo, la cultura extiende
sobremanera el poder adaptativo de la naturaleza biológica y constituye, hoy
en día, la fuente más importante de los cambios ambientales que propelen la
evolución biológica del hombre.
De ahí
que, aún cuando la evolución cultural predomina sobre la biológica, ésta
continua aún en la especie humana y tal vez se haya acelerado en épocas
recientes, precisamente debido a las nuevas condiciones ambientales creadas por
la cultura.
Franciso J. AYALA,
Origen y evolución del hombre