sábado, 17 de noviembre de 2012

NEOTENIA


Muchos animales desarrollan enteramente su cerebro antes del nacimiento, e incluso nuestros parientes más próximos, los chimpancés, alcanzan el máximo crecimiento del cerebro al final del primer año de vida. En los humanos por contra, el cerebro equivale en el nacimiento a sólo una cuarta parte de su tamaño final, y no deja de crecer durante casi veinticinco años. Este desarrollo lento es una característica de la neotenia y significa,
en términos prácticos, que el cerebro puede alcanzar un tamaño que sería imposible antes del nacimiento, ya que si el total desarrollo tuviera lugar en el vientre, el niño tendría una cabeza tan desmedida que no podría nacer sin matar a su madre. Un resultado de este crecimiento continuado del cerebro es que los niños, e incluso los adultos jóvenes, están en el mundo aprendiendo de él, mientras su cerebro todavía crece, hecho que probablemente explica la adaptabilidad del hombre moderno. El contraste que existe con animales tales como el ciervo, aptos para correr con la manada casi tan pronto como han nacido, radica en que tienen sus cerebros “preprogramados” para arreglárselas con la vida en manada; nunca aprenderán nada más, están colocados en su lugar por el preprograma.

John Gribbin, Génesis