miércoles, 29 de enero de 2014

IMÁGENES AMBIGUAS

Es evidente que en el hombre la percepción no se limita a la estimulación por medio de una energía física. De hecho, se sabe desde hace tiempo que los estímulos visuales pueden ser ambiguos. Por ejemplo, en la imagen de Boring se puede ver a una mujer joven que mira hacia atrás en escorzo o a una mujer vieja vista de perfil. Pero en ningún caso se pueden ver las dos figuras al mismo tiempo. A una misma imagen física le pueden corresponder varias construcciones mentales. La percepción no se reduce, pues, a la estimulación por parte de una energía luminosa, sino que consiste también en un proceso de reconstrucción e interpretación de la imagen.

Este ejemplo [y otros parecidos] demuestran que la relación entre el estímulo y su percepción no es directa: nuestra mente efectúa cálculos y recurre a nociones abstractas, como las de objeto, forma o espacio. La percepción está lejos de ser una copia de la realidad. Es también un proceso de interpretación, de representación. Es, pues, imposible definir un estímulo de modo puramente físico, sin tener en cuenta las construcciones mentales efectuadas por el organismo.


Jacques MEHLER y Enmanuel DUPOUX,
Nacer sabiendo. Introducción al desarrollo cognitivo del hombre.