«En el punto de partida, Descartes se había preguntado cómo podemos estar seguros de algo, cuando tenemos todas las razones para dudar. ¿Dónde radica el fundamento de nuestra certeza? Este asombro ente la certeza lo llevó a dudar de todo para encontrar el origen de la certeza misma.
El asombro de Kant se refería a la existencia de la ciencia. ¿Cómo puede existir la ciencia, cuando en la experiencia no puede haber nada que sea necesario y universalmente válido? ¿Cómo es posible que existan las ciencias empíricas, cuyos enunciados son necesarios y universalmente válidos?
Luego llega Husserl y pregunta cómo podemos, en general, estar seguros. Dicho de otro modo: ¿qué relación existe entre la conciencia y el mundo?».
Jeanne HERSCH, El gran asombro,
Acantilado, Barcelona, 2010 (Pg. 355)